Descripción

El edificio sagrado, originalmente de culto musulmán, llamado mezquita de Bab al-Mardum, es una de las mezquitas mejor conservadas de la ciudad, se encuentra catalogada como Bien de Interés Cultural, declarada Monumento Nacional en 1900.
Se trata de una construcción de culto, probablemente anterior a 999, con elementos correspondientes al periodo visigodo y luego tomada, restaurada y adaptada por los musulmanes como oratorio de barrio ligado a una de las puertas de acceso de la ciudad amurallada y como centro de enseñanza de la familia del fundador Ibn al – Hadidi.
En 1085, con la conquista cristiana a la ciudad, Alfonso VI dio orden de tomar la mezquita y conformar allí una ermita bajo la advocación de la Santa Cruz, que estuvo concluida en 1187 bajo la supervisión del arzobispo González Pérez, con la construcción del presbiterio, cubierto por un tramo de bóveda rebajada de ladrillo, y el ábside románico-mudéjar, cubierto por una bóveda de medio cañón.
Debido a el interés que despertó la iglesia en el siglo XVIII, se comienzan a hacer excavaciones y restauraciones, a cargo del arquitecto Santiago Martín, intervenciones relacionadas a el saneamiento de cubiertas y la aparición de pinturas murales de los siglos XII y XIII. Después, en unas intervenciones posteriores, aparece una inscripción en el friso de una de las fachadas, haciendo la declaración de construcción y establecimiento de la mezquita en el año 390 por Ahmad Ibn al-Hadidi.
Con la declaración del edificio en 1900, se propone demoler todas las casas y edificios aún adyacentes, que impedían su correcta conservación, que estaban deteriorando sus estructuras. Las restauraciones más recientes en este monumento se han desarrollado en los últimos años del siglo XX, en 1999, año que conmemoraba el milenario de la mezquita.
La mezquita de Bab al-Mardum es uno de los pocos edificios religiosos islámicos que se ha conservado íntegramente en la península Ibérica, se conserva prácticamente en su totalidad y funciona como en su origen, manteniendo y centrándose en recuperar el entorno urbano que rodeaba la mezquita en época medieval, para intentar conocer mejor su ubicación y su relación con su entramado urbanístico.
La tipología constructiva del edificio, es calificado como “islámica de las mezquitas de nueve tramos”, pues se establece como una mezquita de planta rectangular con nueve tramos cubiertos por bóvedas vaídas independientes, destaca la central, que a su vez se subdivide en otros nueve tramos de menor tamaño y cada uno de éstos se decora con un sencillo entrecruzamiento de nervios. Construida con materiales “pobres” como ladrillo y cerámica.
Las fachadas más ornamentadas son las suroeste y noreste, la segunda se considera la entrada principal, con dos cuerpos principales. El inferior está formado por tres grandes arcos de medio punto que cobijan en el interior otros tres arcos, y el cuerpo superior está conformado por seis arquillos ciegos de herradura inscritos en arcos lobulados.
La fachada suroeste conectaba con el entramado urbano, por esto la inscripción fundacional se encuentra ahí, se estructura en cuatro cuerpos, el primero o parte baja, con tres arcos, de herradura, de medio punto y poli lobulado. El segundo cuerpo esta compuesto por un friso de seis arcos de herradura ciegos, entrelazados entre sí. El tercer cuerpo, un paño de formas romboidales. El cuatro y ultimo cuerpo, lo conforma la inscripción de Ibn al-Hadidi y se corona con una cornisa en voladizo.
– Textura propuesta
La textura propuesta está basada en la textura hecha de ladrillos inscrita en el segundo cuerpo de la fachada, se trata de una composición simétrica que consta de la repetición de una secuencia de arcos de herradura, que crean una retícula repetitiva y armónica.