Descripción
Esta colección se basa en poner en evidencia los suelos que hacen parte del espacio público y que pasa desapercibido muchas veces por las personas, se presenta un conjunto de diseños que hacen parte de espacios como plazas, calles, o parques, entendiendo no solo elementos duros, sino también verdes, que afectan el entorno y los lugares que frecuentamos.
Los pavimentos urbanos como elemento principal de conexión entre el ciudadano y su entorno. El paisaje urbano nos ofrece el pavimento como parte exterior, en la que se apoya y desarrolla toda la actividad de la ciudad, dando forma e influyendo en la calidad del espacio. Los pavimentos urbanos deben permitir la utilización y el uso de la vía pública exterior con total seguridad y confort para el ciudadano. Se trata de establecer una serie de criterios de uso y diseño teniendo en cuenta las necesidades y condiciones de uso del ciudadano.
Además de ser elementos funcionales, deben ser estéticos, que dan un carácter a un lugar específico y lo hacen único. Barcelona ofrece gran cantidad de diseños de suelos de espacios urbanos, con diferentes diseños, colores y texturas, al igual que materiales y dimensiones. Que con el tiempo se han regularizado y normalizado, algunos incluso a desaparecer con reformas, o algunos que permanecen en el tiempo y otros con propuestas nuevas, que cumplen diferentes características y calidades requeridas.
La Plaza España ha sido durante su historia un nodo importante en escala barrial y municipal, ha sido un punto de encuentro de tres barrios, el Ensanche, Sants y Montjuic. Su carácter céntrico se ha mantenido durante décadas, aunque su forma actual se haya llevado a cabo a principios del siglo XX. Al analizar el espacio se afirma que su configuración está compuesta por las esquinas de los edificios, todos con diferentes usos, pero todos con un carácter público o de equipamiento.
En 1914 el espacio y la zona de Montjuic fueron seleccionados para celebrar la Exposición de 1929, para la que se fue modificando parte del trazado de las calles, manzanas y creando edificios en la zona. Proyecto planteado y coordinado por Nicolau Rubió i Tudurí. Dando con resultado una plaza aparentemente circular, que no es simétrica, en una mitad se marca una semicircunferencia, pero en la otra no.
En medio de la aparente circunferencia, se proyecta un elemento urbano, un hito, que ordena su periferia, llena un vacío y hace leer la rotonda como una circunferencia completa, se trata de la fuente proyectada en 1928 por Josep María Jujol, reemplazando la antigua cruz de término ubicada en su lugar, conocida como Creu Coberta.
La mitad semicircular de la plaza, fue planteada por Puig i Cadafalch en 1916 como punto de acceso a la exposición, junto con los dos pabellones que dan la bienvenida a la nueva Avenida María Cristina. Definiendo un conjunto visual del Palacio Nacional, la avenida con los pabellones, las torres “Venecianas” y la columnata semicircular, que define la parte baja de la Plaza España.
Los pabellones de las columnatas, ahora cerrado con cristales, están situados sobre un basamento con una escalinata semicircular que da acceso a la exposición.
El pavimento que corresponde a las dos esquinas de la parte baja de la Plaza España, es el Vibrazo relieve, realizado por Escofet y presentado en el catálogo “Pavimentaciones exteriores privadas”, con ventajas como durabilidad, antideslizamiento, limpieza fácil y con diversos diseños en relieve. Creando un ambiente cálido con el juego de colores y formas, junto con vegetación y mobiliario urbano.
– Textura propuesta
La textura propuesta está basada en la composición simétrica, conformada por la secuencia y repetición de dibujos semicirculares, creando un efecto de movimiento y armonía que recuerda a las escamas de pez.
Para dar el resultado y el efecto que se presenta en las esquinas de la plaza, se utiliza un tipo de baldosa, con un cuarto de circulo con repetición concéntrica con líneas en altorrelieve en tono rojizo.