Descripción
Esta pieza hecha de Tumbaga, con origen en la región de la Sierra Nevada de Santa Marta, tiene un significado concreto tanto por el hecho de ser un pectoral como por su diseño. Actualmente se encuentra expuesta en el Museo del Oro de Bogotá.
La cultura Tairona, se encontraban en la zona noroccidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, al norte de la actual Colombia, identificando su historia en dos periodos, el Nahuange, iniciado en 200 d.C, seguido por el periodo Tairona, comprendido entre 900-1600 d.C, ambos, vivían de la pesca y la agricultura, la orfebrería, la artesanía y la construcción.
La orfebrería fue muy importante para los indígenas y ligada a una intensa actividad funeraria, se destacaban piezas como collares, orejeras, narigueras o pectorales, en su mayoría doradas, en tumbaga, que es la mezcla de oro y cobre. El material dorado, no tenía valor comercial en aquel momento, pero si gran valor semántico, por estar relacionado y tener una conexión cósmica con el Dios Sol, de este material se logran diferentes sensaciones y emociones generados por su color y olor característicos.
Los pectorales se usaban además de ornamentos como elementos protectores o amuletos para evitar malas energías y atrayendo buenas cosechas, fertilidad y curación a enfermedades a las personas que los portaban, generalmente individuos de alto rango en la jerarquía social, como símbolo de prestigio y poder, con diversidad de tamaños, diseños y colores.
Se trata de una figura en forma de ave, resaltando el contexto natural en el que interactuaban y la gran diversidad de animales alados en Colombia y la importancia de las representaciones ornitomorfas y su significado simbólico para la cultura Tairona. En este caso, la pieza es una representación de un Cóndor o en lengua tairona, Wanawana, con las alas desplegadas, gesto que recuerda su vinculación con tradiciones ancestrales. Considerado como el ave más grande, poderosa e imponente, relacionada con el poder espiritual y territorialidad, con ritos y curación de la cosecha y eventos como matrimonios y bautizos. Características encontradas en la esfera chamánica con el hombre-pájaro, como mensajero entre los diferentes mundos del universo, estando en estados alterados de conciencia para ´poder volar como lo hacen las aves, efecto denominando “Vuelo chamánico”.
La pieza es simétrica, sencilla y elegante, está compuesta por dos partes hechas a parte y luego ensambladas, la superior, hecha en fundición tumbaga a la cera perdida, una esfera como cabeza con un gran pico y el collar del cuello, características del ave; mientras que el cuerpo bidimensional, realizado con una lámina de tumbaga martillado con dos figuras iguales repujadas y una franja en el pecho.
– Textura propuesta
La textura propuesta está basada en la franja pectoral, repujada en el metal dorado, la cual tiene una composición sencilla, geométrica y simétrica.
Se forma una red triangular, que dentro de cada figura se encuentran dos círculos dispuestos verticalmente en el centro, creando un patrón infinito con contrastes formales y tonales.